La Romería de Valme 2022 quedará grabada en la memoria de los nazarenos durante mucho tiempo. Y es que esta Romería, ha sido la de los reencuentros, la de volver a peregrinar hasta Cuarto por una devoción tan arraigada en Dos Hermanas que ni una pandemia mundial ha sido capaz de poder con ella.
Esta Romería de Valme 2022 ha sido la de los ángeles y las estrellas. Lo ha sido porque cada romero de Valme, se la ha dedicado a uno de ellos. Cuanto se ha escuchado este Tercer Domingo de Octubre aquello de «esta Romería va por un familiar que la pandemia se lo llevó». Y es que nunca ha cobra más sentido aquello de vivir la Romería como si fuera la última. Porque si algo hemos aprendido, es a vivir con mayor intensidad nuestras costumbres y tradiciones, al menos, deberíamos hacerlo.
La Virgen de Valme relucía espléndida en la mañana de este Tercer Domingo de Octubre. Ante una Plaza de la Consitutución, ‘Los Jardines’, llena hasta la bandera, nunca se había disfrutado ni emocionado tanto Dos Hermanas con un amanecer con olor a nardos. Caballistas incluidos, hubo una expectación máxima y fervor ante una salida e inicio de Romería en la que parece que se paró el tiempo por unos instantes. El Coro de Valme ponía la música junto con la Banda de Santa Ana, además de los aplausos y vivas para la Virgen de Valme.
La ‘novedad’ de la Calle Botica se recuperaba con los siempre emocionantes cantes del Coro de Valme antes de iniciar una de las estampas más bonitas del discurrir de la Romería por Dos Hermanas. La subida al Puenta de la Venta de las Palmas, desde donde, cada año, se puede disfrutar de una panorámica preciosa.
Como no, el calor no quiso perderse tampoco esta Romería. Aunque tampoco el bochorno y la calima. Llegada a Cuarto algo tardía, donde ya esperaban miles de romeros y nazarenos. Momentos emotivos y de profunda devoción los que se vivieron a la llegada de la Virgen a la que es su Ermita.
La lluvia también estuvo presente en Cuarto y en la Romería. Algunas gotas cayeron en el Cortijo, donde se vivieron momentos de hermandad y confraternización entre romeros y peregrinos. Se echaba de menos el disfrutar de la alegría de vivir y compartir momentos de felicidad con los más queridos siendo Valme el centro de todo ello.
Sobre las 18:30 horas, unos 30 minutos más tarde de lo esperado, la Virgen iniciaba su caminar hacia Dos Hermanas. Acompañada de nuevo por miles de fieles, Bellavista también tuvo sus momentos íntimos con Nuestra Señora de Valme que, a pesar de la neblina y las pocas gotas que caían, estaba más radiante que nunca.
El camino de Vuelta, al anochecer siempre es de mayor íntimidad y cercanía con la Virgen de aquellos que la acompañan en su recorrido completo. Las carretas, galeras y carros disfrutan en familia y amigos de una Romería que, llegando a su ocaso, ya se vaticina con cuando será la siguiente. Porque Dos Hermanas es Valme y Valme es Dos Hermanas.
La llegada a Dos Hermanas se produjo más tarde de lo habitual, sobre las 23:00 horas. El camino no se libró de la lluvia, que por momentos si que apretó a los valmistas. La Virgen no entró hasta casi las 1:00 horas de la madrugada. Esto no fue hasta que pasaron todas las carretas y galeras, que celebraron los premios otorgados por la Hermandad.
Sin duda, una Romería de Valme especial, llena de recuerdos, emociones y momentos que se quedarán guardados para siempre en la memoria de todos y todas las nazarenas tras tres años sin poder disfrutar de ella.