La Biblioteca Municipal «Pedro Laín Entralgo» de Dos Hermanas alberga en estos días una exposición en la que se homenaje a un ilustre marino, Camilo Carlier Romero, que en este presente 2016 se cumplen cien años de su fallecimiento. En dicha exposición se pueden ver diversos artículos que pertenecieron al marino.
Tras la publicación del artículo de Jesús Barbero «Un marino ilustre por tierras nazarenas», y la vinculación de Camilo Carlier con Dos Hermanas, dónde vivió junto a su esposa, la Biblioteca le ha querido rendir un particular homenaje.
Camilo Carlier nació en San Fernando en el seno de una familia de marinos, siguiendo la trayectoria familiar finaliza sus estudios de Guarda Marina e inicia su carrera en el mar embarcándose en distintos barcos de la época: vapores, fragatas y corbetas.
Visitó lugares tan dispares como: Santa Cruz de Tenerife, Cartagena, Puerto Rico, Filipinas, Cabo de Buena Esperanza, isla de Java, Hong-Kong y La Habana.
Con tan solo 21 años participó en la batalla de los Castillejos (1860), que resultó tan decisiva en la guerra de África, por la valentía demostrada en la misma le fue concedida la cruz de San Fernando. El joven marino iba subiendo puestos en su carrera militar, de alférez pasó a teniente y por último a capitán de navío, recibió numerosas condecoraciones y honores. Con 29 años casa con la señorita de Sanlúcar de Barrameda, Gloria Matheu, la flamante esposa tenía 19 años. El matrimonio no tuvo hijos.
Camilo Carlier ejerció también como profesor en el Colegio Naval Militar de San Fernando y en su última etapa profesional formó parte de una comisión hidrográfica, que tenía por objeto levantar planos de la costa comprendida entre la desembocadura del Guadiana y el cabo Trafalgar, los últimos años de su carrera, con una salud maltrecha pasó a distintos puestos en tierra, hasta que finalmente se jubiló.
A Dos Hermanas llegó, ya jubilado, en 1898 acompañado de su mujer y de su cuñada Eloisa. La villa se había convertido en un lugar de descanso para las clases acomodadas de la capital proliferando las huertas y villas de recreo en donde los sevillanos pudientes pasaban los periodos estivales y de ocio de tal suerte que nuestra ciudad llegó a denominarse la Versalles de Sevilla.
La casa que adquirió el matrimonio Carlier es la número 25 de la calle Nuestra Señora de Valme haciendo esquina con el callejón de San Luís, esta casa aún se conserva, aunque muy reformada. Por entonces era una casa muy admirada por la cantidad de objetos decorativos valiosos que guardaba, recuerdos que el viejo marino había regalado a su esposa de sus numerosos viajes.
Durante los 18 años que el marino vivió en Dos Hermanas se implicó en la vida cotidiana de la villa y se vinculó a dos hermandades: la de Valme y la de Veracruz.
Fallecido Carlier, Doña Gloria, que estaba ciega, quedó al cuidado de su criada Juana Gómez, de la cercana localidad de Los Palacios, ambas se trasladaron a una casita modesta, previa subasta de mobiliario y muchos de los enseres que fueron expuestos para venta en el salón de la antigua casa. Algunos de los objetos de nuestra exposición fueron heredados por Juana a la muerte de su señora, pasando posteriormente a Ana López Gómez, quien los ha cedido a la biblioteca.