Desde la Capilla de San Sebastián, hacía su estación de penitencia la Hermandad de la Vera Cruz. La cofradía más antigua de Dos Hermanas salía a las calles nazarenas a las 20:00 horas, bajo el atardecer de un cielo despejado que poco a poco dejaba paso a la oscuridad de la noche. El Señor de la Vera Cruz se alzaba sobre su tradicional monte de iris morados, acompañado tan solo por el rachear de los pies de sus costaleros. La Virgen del Mayor Dolor lucía, a diferencia de otros años, claveles blancos tanto en las jarras laterales como los violeteros. El maravilloso paso de palio de esta dolorosa iba acompañado musicalmente por la Agrupación Musical Utrerana.
Fotografías: José Cid