Santa Ana se trasladó desde la Residencia de San Rafael hasta el Monasterio de las Carmelitas, pasando por la parroquia de San José. Una llegada que estuvo llega de emoción y que se engalanó para esta visita tan especial.
Santa Ana se trasladó desde la Residencia de San Rafael hasta el Monasterio de las Carmelitas, pasando por la parroquia de San José. Una llegada que estuvo llega de emoción y que se engalanó para esta visita tan especial.