Dos Hermanas es costumbrista en muchos de sus aspectos, pocas innovaciones y afín a sus tradiciones, cada año que transcurre, la inmovilidad se hace patente en la ciudad. Algunos avances, pero pocos, tan pocos que para poder apreciarlo tenemos que echar la vista atrás de década en década y observar lo nuevo que tenemos. Quizás el aferramiento al poder después de un período tan largo de hegemonía provoca la comodidad o la falta de ambición. Nadie duda de lo ya hecho, pero sí lo de que queda y hay que hacer.
Promesas electorales como “Megapark”, tan ambiciosa en las consecuencia que traería para Dos Hermanas, como errónea en su planteamiento. Tal es así, que era el proyecto perfecto para una ciudad y cumplía uno de los objetivos más importantes de cualquier gobierno: acabar con el paro. ¿En qué quedó? Nada, unos carteles ya descoloridos en una explanada donde resalta el verde. Queramos o no, las elecciones municipales se acercan y las promesas y movimientos se empiezan a producir por parte de un gobierno que con la marcha del Señor Alcalde vivirá un período electoral desconocido…
En la última semana Megapark vuelve a salir a la opinión pública a la vez que SevillaPark en la capital, con la diferencia de que este último tiene vía libre por parte de la Junta y ya se espera su inauguración a finales de 2015. En definitiva, promesas que no se cumplen y que se reabren de cara a las elecciones.