En nuestra ciudad se encuentra uno de esos lugares donde habita el misterio, donde el paso del tiempo se ha detenido y parece guardar uno de esos secretos de otra época. Hoy en la sección “Dos Hermanas, historia viva” os contaré la leyenda que aguarda entre los muros del Parque del Alquería.
Dentro de dicho parque se encuentra una infraestructura que antaño fue sede de la Jefatura de la Policía Local. Con claras vinculaciones a la familia de los Ybarra, el parque es completado por las Huertas de San Luis y de Ybarra, construidas por José Mª Ybarra Gutiérrez de Caviedes, Conde de Ybarra. Su edificio principal es precisamente el que todos llaman la Alquería del Pilar, cuya edificación está actualmente dedicada a Casa de la Cultura, celebrándose en su interior juntas e incluso actos matrimoniales civiles.

Este lugar del Parque de la Alquería, conocido actualmente como la Casa de la Cultura, encierra entre sus paredes una inquietante realidad desde hace unos años, como bien han notado las personas que trabajan en su interior.
Todo comenzó una fría tarde de Diciembre, nuestra testigo se encontraba en el interior del edificio cuando sintió de pronto como una extraña oleada de frío inundaba la estancia donde se encontraba:
”Serían las siete de la tarde, había ya oscurecido cuando me encontraba en la sala de peluquería que está en diagonal al salón de actos, sentí frío, pero un frío muy extraño, de repente comencé a sentir como unas campanitas, como un repicar de cristales o algo similar. Aquello me extrañó y pensé que quizás la lámpara de la entrada tendría alguna lágrima de cristal suelta y provocaría ese ruido, salí para fuera y miré hacia arriba, hacía la lámpara, pero no vi nada. Sentí como si alguien hubiera detrás de mí, como si alguien me estuviera observando desde las escaleras, como pude me di la vuelta y lo que vi me dejó helada. Allí, parado en el rellano había una forma, una persona, camuflado en la penumbra, poco a poco comenzó a descender, llevaba sotana y gafas y bajó sin mediar palabra, con gesto severo, sin inmutarse.
Yo estaba helada, sabía que aquella persona no había entrado en la casa y sabía que no era de este mundo… Aquel sacerdote fantasma bajó las escaleras y se quedó un rato mirando uno de los cuadros del salón de actos –un lugar que realmente existe, la imagen de una afamada hacienda sevillana en la localidad de Los Palacios- … tras aquello se perdió, desapareció, tras la puerta que camufla las cortinas y desde la que no se va a ninguna parte… y sin embargo allí ya no había nadie”.
Y es que en esta antigua casa se vienen produciendo fenómenos que inquietan a trabajadores y visitantes, un edificio emblemático cargado de historias donde la visión de este ser paranormal ha sobrecogido y asaltado a más de un asombrado testigo, que le ha podido ver desplazándose por sus estancias y desaparecer ante la incrédula mirada de quién asistía horrorizado a tal aparición.
Diversos testimonios cuentan como allí se mueven los objetos, se escuchan extraños ruidos y llantos lastimeros o como se encuentran extraños mensajes escritos en la pizarra del hoy aula de escultura del piso superior en el que se esconde un recinto de revelado fotográfico donde es usual que salten volumétricos, se capten extrañas orbes, las cámaras fotográficas tengan un extraño comportamiento o se hayan captado en diferentes ocasiones las denominadas psicofonías. Incluso personas dotadas de especial sensibilidad han afirmado notar su presencia e incluso recibir los mensajes imperativos de tan exigente morador.
Pero no sólo parece haber una presencia en el recinto ya que un testigo contaba lo siguiente:
“Era tarde ya y acudí por que había ruidos en la planta alta, en la habitación de la pizarra. Di una vuelta rápida por el lugar pero no vi nada, sólo al estar a punto de cerrar la puerta de entrada vi algo que me impresionó muchísimo. Era como si alguien golpeara con un palito los barrotes de la escalera, cuando miré hacia arriba allí estaba una niña bajando aquellas escaleras a la vez que golpeaba con un palito los barrotes de la misma.
Una niña muy guapa de cabello claro y ropa antigua pero limpia y blanca. Aquello era la visión de un fantasma, no podría ser real, no podía ser de este mundo, allí no había nadie más que yo.”
Quizás las respuestas habría que buscarlas en el pasado de aquella casa. Una casa que fue habitada ,a principios del siglo XX, precisamente por un sacerdote que concuerda con la descripción facilitada por los testigos de las apariciones y que se vincula a la familia Ybarra, un sacerdote con otros intereses que el del propio sacerdocio. En el caso de la niña, podría estar relacionada con el lugar e incluso no faltan quienes apuntan que podría estar enterrada dentro de la propia casa, donde existe una capilla desacralizada.
“La sentencia de la vinculación a la Alquería del Pilar” de la escritora Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero) quién vivió en Dos Hermanas desde 1822 a 1835 tras contraer matrimonio con el Marqués de Arco Hermoso (tomando aquí inspiración para gran cantidad de cuentos y relatos y, sobre todo, para su obra más destacada, “La familia de Alvareda”) extiende la leyenda de hechos anómalos, paranormales o extraños sucedidos en torno a ella o los lugares que frecuentó.
Fuentes:
www.sevillaciudaddeembrujo.blogspot.com.es
www.doshermanascuenta.wordpress.com
www.elcorreoweb.es
Libro:
“Dos Hermanas: historias, rincones y leyendas” de María del Carmen Gómez Valera
“Sevilla oculta” de José Manuel García Bautista