Las personas viajeras cada vez disponen de un mayor número de posibilidades a la hora de planificar sus vacaciones de verano. Entre las múltiples alternativas, una opción plenamente instaurada es el uso de plataformas online para el alquiler de un alojamiento, en la que podremos encontrar desde apartamentos o casas completas hasta sencillas habitaciones individuales. Se trata de una alternativa a los alojamientos tradicionales como los hoteles, apartamentos o los hostales.
Son diferentes las razones que pueden llevar a un usuario a decantarse por este tipo de plataformas para alquilar un alojamiento, en lugar de otros alojamientos tradicionales, como por ejemplo, el precio más económico, la posibilidad de elección más minuciosa del entorno deseado o un contacto más directo con quien ofrece dichos alojamientos.
Además, el funcionamiento de estas plataformas de internet, que actúan como intermediarias entre las personas interesadas y las personas arrendatarias, es bastante sencillo. Normalmente requiere el registro en la web en cuestión, y la elección de cualquiera de las ofertas de alojamiento disponible. En cuanto a la transacción económica, se lleva a cabo a través de la misma plataforma.
Pero a la hora de contratar este servicio, la Dirección General de Consumo aconseja tener en cuenta una serie de recomendaciones. Ante todo, el demandante tiene que valorar si realmente le conviene este tipo de alojamiento, en lugar de otros establecimientos tradicionales.
Es importante comprobar, tanto previamente (antes de pagar) como in situ, que lo ofertado por la propiedad del alojamiento se corresponde con la realidad. Por ejemplo, el estado de la vivienda y sus elementos, el entorno de la misma, su cercanía a la playa, etc.
Asimismo, se aconseja realizar un examen previo de la plataforma online antes de hacer una reserva, leyendo detenidamente las condiciones generales del servicio, y comparando precios. Así como de los comentarios, si los hubiera, de otros usuarios que hayan alquilado previamente. Desconfíe de precios ofertados desproporcionadamente bajos, ya que podrían esconder un posible fraude o una manifiesta falta de calidad.
Consumo hace hincapié en que siempre se utilicen páginas seguras, comprobando que la dirección de la web (URL) comienza por “https”, con el icono de un candado a su izquierda, lo que supone una garantía extra para la persona usuaria. Además, siempre es conveniente guardar todo tipo de facturas, folletos publicitarios, contrato y resto de documentación, por si fuera precisa su aportación en una hipotética reclamación o denuncia. Igual de importante es exigir un contrato por escrito o, al menos, una prueba documental de la contratación efectuada.
Por último, desde Consumo han querido recordar que a la hora de recurrir a estas plataformas en internet, los usuarios han de tener en cuenta que el tipo de alojamiento turístico que se ofrece ha de cumplir con la normativa vigente en materia de viviendas turísticas de Andalucía, a saber, el Decreto 28/2016, de 2 de febrero.